El Ferrari F430 Spider presentaba una sofisticada capota dotada de un mecanismo que se abría y se cerraba en tan solo 20 segundos. Con la idea de mantener la elegancia de las líneas de Pininfarina, el mecanismo estaba completamente mimetizado y no dejaba ningún elemento a la vista . El motor V8, auténtico corazón del coche, quedaba bien visible bajo una cubierta de cristal.
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